─Y usted jovencita, no necesitaba robarle a su amiga el chico que le gustaba, pues no le falta atractivo suficiente, simpatía y trato agradable. Hubiera conquistado a quién quisiera, pero no, usted quería a ese chico por ser el único que su amiga deseaba. La descubrió coqueteando con él en la discoteca, a pesar de que el muchacho se mostraba indiferente. Con su deslealtad logró romperle el corazón a una edad en que confías en los amigos, pero la vida pasa factura y parece que no ha tenido mucha suerte con los hombres, pues sigue recorriendo los bares esperando encontrar alguien que se fije en usted.